La nueva infraestructura de la Universidad de Oviedo se puso en marcha hace unos días. El desarrollo del túnel de viento ha sido costoso, pero se ha logrado gracias a la ayuda de varias empresas, entre las que se encuentra Media Madera Ingenieros Consultores S.L. La Universidad de Princeton también ha participado de este importante proyecto.

El túnel aerodinámico está construido en la Escuela Politécnica de Mieres y ocupa alrededor de cuatrocientos metros cuadrados. Permitirá probar la fuerza aerodinámica y los efectos de fuertes rachas de viento sobre estructuras como los puentes, pero también sobre edificios, torres eólicas o captadores de energía solar.

Este túnel ha sido realizado por el Grupo de Ingeniería Fluidodinámica del Departamento de Energía y han participado en su desarrollo tanto profesores investigadores y alumnos. La pandemia obligó a posponer su apertura, que se esperaba hubiese sido el año pasado.

Los principales elementos de esta instalación son los cuatro ventiladores de 180 kilovatios de potencia total que impulsan el aire alrededor de todo el circuito. Este flujo de aire llega hasta la cámara de ensayo, donde se testan los modelos a escala y se monitorizan los parámetros característicos del estudio que se este realizando. Se miden tanto fuerzas de empuje y de sustentación, como vibraciones, deformaciones, etc. Además, la Universidad de Oviedo, cuenta con maquinas de impresión 3D donde se pueden obtener los modelos a escala con una precisión milimétrica.

El principal impulsor de esta instalación es el profesor Antonio Navarro Manso, Doctor Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, que explica que este túnel de viento «tiene tres objetivos, hacer todo tipo de ensayos de infraestructuras que necesiten calcular con precisión el efecto del viento para que puedan utilizarlo las empresas, pero también los investigadores dentro del propio departamento y la docencia». Al respecto de esto último, el profesor explicó que la Escuela Politécnica de Mieres «cuenta con la asignatura de Ingeniería del Viento, que no existe en otras escuelas cercanas, y poder poner está infraestructura al servicio de los alumnos y que puedan incluso meterse dentro, ver de forma clara el efecto, es algo importantísimo».

En el estudio del comportamiento de un puente, se pueden medir tanto las cargas que soportará la estructura, como el estudio de la interacción fluido-puente. el comportamiento del fluido según la forma de este, las vibraciones que le incita, las posibles deformaciones que le produce, los fenómenos aeroelásticos que pudieran aparecer como consecuencia, e incluso la velocidad del viento que deberán soportar los coche o peatones que transcurran sobre él.

Tras la puesta en marcha del túnel de viento, los trabajos, los trabajos se centran ahora en comprobar la potencia de los ventiladores, la instalación eléctrica, y empezar a calibrar para conseguir un flujo de aire de calidad.