Nos encontramos en el año 1929, sobre el valle alpino situado entre Schiers y Schuders, Suiza. Este será el icónico escenario que albergará el que es considerado como uno de los más bonitos puentes de la ingeniería mundial. Un auténtico monumento funcional que desprende elegancia, sintonía con el entorno y buen hacer. Hablamos del puente de Salginatobel, obra del ingeniero Robert Maillart.

Este puente aúna en una única obra todos los calificativos estéticos que un puente puede aceptar, su integración con el medio refleja una pulcritud nunca antes vista en este tipo de infraestructuras. Es una estructura que alberga los sueños e ilusiones de cualquier ingeniero estructural de poder realizar algo tan puro y bello.

Estructuralmente, responde a un puente arco de tablero superior muy esbelto con un vano único de 90 metros que salva una longitud total de 132 metros. Es, quizás, el puente más destacado de los materializados con hormigón armado. Gran parte de su originalidad reside en la triarticulación establecida mediante rótulas en los estribos y en la clave del arco, lugar de encuentro de las dos semibóvedas lanzadas al vacío. 

¿Cuál es la verdadera razón que hizo que se eligiese este diseño?

Se puede pensar que fue por su diseño estético o por su gran solución ingenieril, pero la realidad es otra.

La oferta de licitación, como suele ser lo más habitual, premiaba casi exclusivamente a la propuesta que fuese más barata («poderoso caballero es don Dinero»). Por tanto, lo que marco la diferencia para el diseño ganador fue conseguir ahorrar dinero en el proceso constructivo. Esto se consiguió gracias al sistema de cimbra que se construiría para soportar el encofrado de todo el puente. Cimbra realizada íntegramente en madera.

La cimbra es en si misma una estructura compleja que hubo de ser diseñada y calculada rigurosamente. Está basada en el estudio de los diferentes abanicos voladizos que se se van abatiendo y cerrando desde cada lado del valle hasta juntarse en el centro, salvando así el enorme vano. De esta manera, se ahorraba una gran cantidad de dinero al evitar la cimentación de la cimbra en el fondo del profundo valle alpino.

La estructura de madera no fue proyectada ni calculada por Robert Maillart, sino que fue otro ingeniero suizo experto en madera llamado Richard Coray quien hizo posible esta solución. Richard Coray padre fue un maestro carpintero y constructor muy conocido en Suiza, y gracias a eso pudo financiar la formación profesional de su hijo, Richard Coray hijo. Fue este último quien posteriormente calculó la gran estructura de madera de Salginatobel.

Richard Coray consiguió con su solución poder realizar otras grandes obras civiles de la época, mayoritariamente puentes. Algunos ejemplos son el viaducto de Langwies (1914) de 62 metros de luz o el viaducto de Wiesner (1908) a 88 metros sobre el nivel del río.

A grandes problemas, grandes soluciones

El hormigón es un material formáceo al que se le puede dar cualquier forma, pero la forma solo es posible conseguirla gracias a las estructuras de madera.