Ambientadas en el año 50 A.C, en una ficticia aldea “poblada por irreductibles galos” aún no conquistada por Julio César, las historias de Astérix y su inseparable compañero Obélix se hicieron famosas por retratar con ironía los días del Imperio Romano. “Están locos, estos romanos” es una frase que invariablemente pronunciaba el bueno de Obélix después de haber machacado a unas cuantas decenas de legionarios de los campamentos próximos en su intento por incorporar a la aldea a la Pax Romana. En su infantil inocencia, Obélix -poseedor de una fuerza descomunal por haberse caído de pequeño en la marmita de poción mágica que preparaba el druida Panorámix- no lograba entender por qué los romanos tenían tan extrañas costumbres y se empeñaban en hacer cosas que ni a un desequilibrado se le ocurrirían en aquella época. ¿Baños públicos para asearse? ¿piedras artificiales (hormigón)? ¿carreteras?, y lo peor… ¿PUENTES DE MADERA? ¿¡Estamos locos!? (nótese la ironía).

De vuelta a la realidad y con la intención de contradecir al bueno de Obelix, queremos resaltar con este artículo los grandes avances tecnológicos que las «locas ideas» de los romanos nos propiciaron a la sociedad. En concreto, nos centraremos en una de las obras más importantes e icónicas que realizo el Imperio Romano: el GRAN PUENTE DE MADERA DE TRAJANO.

A principios del siglo II d.C. el emperador Trajano, primer emperador de origen hispano, decidió llevar al Imperio Romano a su máxima expansión conquistando la Dacia (la actual Rumanía). Para dicha conquista un río, el Danubio se interponía en su camino. Para poder cruzarlo encargó al arquitecto e ingeniero Apolodoro de Damasco (el mismo que construyó el mercado del Quirinal, las termas, el foro y la columna de Trajano, el Panteón de Agripa…) la construcción de un puente al este de las Puertas de Hierro en la actual Drobeta Turnu Severin (Rumanía) y Kladovo (Serbia). El puente fue construido en un periodo récord entre el año 103 y 105, con el propósito de conectar las provincias de Mesia y la Dacia,  facilitando la expansión hacia el territorio dacio.

El puente tenia 1135 m de largo, necesarios para salvar los 800 m del ancho del río, 15 de ancho y alcanzaba una altura de unos 19 m sobre el río. Estaba formado por veinte arcos de madera asentados en pilares cuadrados de 20 m de lado y hasta 45 m de alto de masonería. Cada arco medía 51-52 metros de envergadura y los pilares estaban hechos de ladrillo, mortero y cemento. Para hacerse una idea de la complejidad que supuso su construcción valga decir que nadie pudo superar esta hazaña durante más de mil años.

Aquí podéis ver un vídeo donde se muestra como era:

En lo que a su construcción se refiere, y puesto que  su cauce no se pudo desviar (por lo caudaloso del Danubio), sus constructores recurrieron a la construcción de ataguías. Las ataguías eran empalizadas dobles hechas de troncos, firmemente clavados en el suelo, unidos e impermeabilizados mediante pez y arcilla. Construida la doble empalizada se extraía el agua con un tornillo de Arquímedes procediéndose a continuación a la construcción del pilar. Para dichos pilares empleaban grandes bloques de piedra, procedentes de canteras próximas a la construcción, que formaban los paramentos externos y rellenaban el interior con mortero cementado de puzolana.

Cuando Roma se retiró de la Dacia, el puente fue parcialmente desmontado, pero sus restos siguieron desafiando el tiempo. Existen varias teorías sobre el final del puente. Algunos investigadores mantienen que el puente fue derribado por el emperador Adriano después de 20 años; otros que se destruyó espontáneamente tras varias décadas; y un tercer grupo que fue derribado por el emperador Aureliano (270-275) para prevenir el avance de las tribus bárbaras hacia el territorio romano. En 1856, durante una bajada de nivel del río pudo todavía admirarse los 20 pilares. Sin embargo en 1906, una comisión decidió destruir 2 pilares que obstruían la navegación. Más adelante, en 1982 los arqueólogos lograron encontrar únicamente 12 de los pilares. Actualmente únicamente los pilares de entrada al puente son visibles en ambas orillas.